Esta civilización recién nacida y todavía sin haber recibido el saber de sus creadores debería quedar en la cúspide de la pirámide alimentaria, lo cual lleva a pensar que primero dejaron su A D N, tal vez mezclándolo con algún homínido de este planeta, aunque las pruebas apuntan a que no fue así, y como veremos la realidad supera en mucho a la ficción.
Sin embargo también es posible que el ecuador de la Tierra coincidiese con el plano de la eclíptica y por tanto el eje de giro de la tierra no tuviese ninguna desviación con respecto al plano de la eclíptica. En ese caso no había estaciones. Sino que estas estarían a partir del ecuador, donde sería siempre verano y a medida que nos acercásemos a los polos el clima sería más frio. Y la hipótesis que tiene más posibilidades, como iremos viendo es que algo choco con la tierra (que no fue un cuerpo celeste) que produjo el gran cañón del Colorado y esa desviación de 23´5 grados del eje de giro de la Tierra, con respecto al plano de la eclíptica.
Es previsible que estos creadores hicieran uso de un margen de tiempo, probablemente no inferior a 500 años, en los que solo se haría un seguimiento para comprobar la adaptación de sus “iguales”, a las condiciones, tanto gravitatorias como medio-ambientales. Estos iguales a los que crearon a su imagen y semejanza, tanto en cuerpo como en alma. Con posterioridad los creadores regresaron y comenzaron a enseñar todo el enorme saber de su civilización a sus iguales recién creados.
¿Y quien ocupa el primer lugar en la cúspide de la pirámide alimentaria? Es evidente que los humanos, sus iguales. Esta podría ser una afirmación sorprendente, pero por increíble que pueda parecer hay pruebas que están delante de nuestros ojos tan claras como las imágenes que lo representan, a pesar que la información que divulga la ciencia oficialista del templo de Hathor sea otra.
Rafael Alfonso Alfaro García.