Cuando uno no se comportaba de esta manera, presumiblemente era castigado por la comunidad, pero no está claro qué forma tomó este castigo. Existe amplia evidencia de robo en la que las personas exigieron la devolución de sus bienes robados, pero nada que indique si esos bienes fueron devueltos o qué pasó con el ladrón.
Veamos: Resulta muy sorprendente que de unos trozos de cerámica “ostraca” saquen tanta información (En arqueología se emplea el término ostraca para designar los trozos de cerámica que se utilizaban como borradores para aprender a escribir o pintar) y nos cuente casi con pelos y señales como el trabajador llamado Paneb, que se involucro con varias esposas de otros hombres. Estos asuntos y los robos eran abordados por los propios aldeanos manteniendo el ma’at (Es fundamentalmente un concepto abstracto de justicia universal, de equilibrio y armonía cósmicos que imperan en el mundo desde su origen y es necesario conservar). Así Cuando uno no se comportaba de esta manera, presumiblemente era castigado por la comunidad, pero no está claro qué forma tomó este castigo. Existe amplia evidencia de robo en la que las personas exigieron la devolución de sus bienes robados, pero nada que indique si esos bienes fueron devueltos o qué pasó con el ladrón.
Con lo que es de suponer que seguirían esos comportamientos ya que no había nada que lo impidiera; lo cual no parece que tenga mucho sentido.
Toda esta supuesta información es con seguridad inventada y desvía la atención sobre las preguntas que todo el mundo se hace, ¿Qué son estas construcciones en realidad? ¿Quién las construyo? ¿Desde cuándo están ahí? Son preguntas que la ciencia oficialista ni siquiera se plantea. Pero que en esta serie están contestadas en anteriores capítulos.
Tambien en estos datos aportados se dice que: Hacia el final del Imperio Nuevo, los pagos atrasados y la tentación de la riqueza de las tumbas se combinaron para animar a algunos trabajadores a dedicarse al robo de tumbas. Hay muchos documentos judiciales que se ocupan de casos de Tebas, ya que el robo de tumbas fue tomado muy en serio y manejado por el estado, no por los tribunales de las aldeas rurales.
Un caso bien documentado se refiere a un trabajador llamado Amenpanufer que era albañil en Deir el-Medina. En su confesión, relata cómo fue con algunos otros y utilizó sus herramientas para irrumpir en la tumba del faraón Sobekemsaf II. Abrieron los sarcófagos, robaron los amuletos, las joyas y el oro y huyeron.
Luego dividieron el atraco en partes iguales. Amenpanufer fue arrestado, pero simplemente tomó su parte del oro, se lo pagó a un funcionario y se lo devolvió a sus camaradas, quienes luego le reembolsaron su pérdida; y así, dice, adquirió el hábito de robar tumbas porque había muy poco riesgo de pérdida y tanta riqueza que ganar.
Las huelgas de c. 1156 a. C. fueron solo el comienzo de los problemas con los suministros a Deir el-Medina y, cuando el Reino Nuevo se derrumbó lentamente, los aldeanos comenzaron a irse. Estaba claro, por c. 1100 a. C., que el plan de ubicar las tumbas en un remoto valle desértico y emplear una comunidad especial de artistas para construirlas y protegerlas no había funcionado según lo planeado; los propios guardianes se habían convertido en ladrones.
Sin embargo, lo que es más importante, a medida que el gobierno central se debilitó, la burocracia necesaria para la línea de suministro a la aldea se evaporó. El Valle de los Reyes fue abandonado como necrópolis real y los habitantes de Deir el-Medina partieron hacia Tebas y buscaron refugio en el templo de Medinet Habu en c. 1069 a. C. El pueblo permaneció desierto hasta que fue ocupado por monjes coptos en algún momento del siglo IV d.C.
Veamos: Todos estos datos no son otra cosa que una monumental falacia en la que hablan de estado y de tribunales de las aldeas. Como si esa información estuviese escrita en los restos de alfarería y en los dibujos.
Hasta nos detallan como un trabajador llamado Amenpanufer que era albañil en Deir el-Medina. En su confesión, relata cómo fue con algunos otros y utilizó sus herramientas para irrumpir en la tumba del faraón Sobekemsaf II. Abrieron los sarcófagos, robaron los amuletos, las joyas y el oro y huyeron.
Luego dividieron el atraco en partes iguales. Amenpanufer fue arrestado, pero simplemente tomó su parte del oro, se lo pagó a un funcionario y se lo devolvió a sus camaradas, quienes luego le reembolsaron su pérdida; y así, dice, adquirió el hábito de robar tumbas porque había muy poco riesgo de pérdida y tanta riqueza que ganar.
Veamos: ¿Qué pasa, es que el funcionario no se quedo con nada? Y quien devolvió el oro; el funcionario o el trabajador Amenpanufer. Esto es una jerigonza.
Luego los funcionarios se convirtieron en ladrones porque el gobierno central se debilitó, la burocracia necesaria para la línea de suministro a la aldea se evaporó. El Valle de los Reyes fue abandonado como necrópolis real y los habitantes de Deir el-Medina partieron hacia Tebas y buscaron refugio en el templo de Medinet Habu en c. 1069 a. C.
Veamos: Este lugar no fue abandonado de esta manera, sino que lo fueron todas las pirámides de Egipto junto con todos los templos. Pero es que también y como ya hemos considerado en anteriores artículos se abandono todo este tipo de construcciones que están por todo el mundo. Por ese motivo todas están sin terminar de construir y muchas de ellas fueron inutilizadas de diversas maneras por los verdaderos constructores cuando tuvieron que abandonar el planeta y a nosotros muy a su pesar y por causas de fuerza mayor, que también hemos contemplado en anteriores capítulos.
Rafael Alfonso Alfaro García.