La final de la Copa Chenel de La Corredera  entre la Tragedia y la Épica

Foto Luis Checa

Tauromaquia
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Ambiente festivo en Colmenar Viejo con motivo de la celebración de la final de la tercera edición de la Copa Chenel, Fin de semana de fiesta cervecera, cambio de alcalde y toros, La explanada de la Plaza repleta de sombrillas, mesas y barras taberneras como requiere las celebraciones pospandémicas y de la nueva libertad. Larga cola, antes de comenzar el festejo, que ocupaba la acera frente a la taquilla y doblaba en la carretera que va a Remedios, propiciando que algunos ocuparan los asientos que pudieron cuando ya se había cambiado, por inválido, el primero de la tarde, Los tendidos de sombra y parte de los de sol y sombra llenos de público, el precio de las entradas era general dependiendo determinadas circunstancia de edad. Hubo una buena entrada, incluso mayor que algún festejo ferial con nombres conocidos.

El festejo anunciado era un mano a mano entre los mejores clasificados de la final a tres de la Copa Chenel celebrada días antes, y que produjo varias críticas, dada la casi pareja puntuación entre los que quedaron segundo y tercero, recayendo las sospechas en el presidente del festejo, al que acusaban de haber demorado un avisos al que finalmente se había clasificado para esta final. La terna resultante de todo esto, fueron Isaac Fonseca, clasificado en primer lugar muy destacada en puntuación sobre Juan del Álamo, que consiguió el segundo puesto.

Realizado el sorteo la mañana del festejo, esperaban en los toriles seis toros de tres ganadería: MontealtoZacarías Moreno y Palha. Cada uno de los ganaderos envió dos ejemplares, y cada uno como sobreros: Ángel Luis Peña yManuel Sanz –erróneamente anunciado en la tablilla como de Los Eulogios, aunque luciendo el hierro de Tierra Joven-Las cámaras de Telemadrid de testigo de lo que iba a suceder. Tras el paseíllo el público, puesto en pie, dispensaron una fuerte ovación a los dos espadas de debieron salir al tercio para saludar.

El primer toro en saltar al ruedo, para Juan del Álamo, fue un bonito y bien presentado toro de Montealto lesionado  en una pata y devuelto al corral por las protestas del público. Y salió como sobrero uno de Ángel Luis Peña, que resultó bronco y deslucido, y que en un intento de toreo por gaoneras arrolló al torero, resultando herido con una cornada en la cara interior del muslo izquierdo con dos trayectorias una de 25 centímetros hacia arriba y  otra de 15 centímetros hacia abajo. El percance estaba servido, y la cuadrilla llevó al torero a la enfermería. La tragedia se había hecho presente.

Y comenzó la épica de Isaac Fonseca, que hubo de hacerse cargo en solitario de los seis toros de la tarde. El que hubo de pasaportar por cogida de su compañero, ya le puso en antecedentes de que la tarde no iba a ser fácil, y en uno de los muchos derrotes que lanzo le dio un pitonazo en la cara que le partió el labio, brindó la faena al compañero herido depositando la montera en las tablas delante de la puerta de la enfermería. Tras intentarlo por ambas manos le pasaporte de media y dos descabellos recibiendo palmas por su actuación.

El segundo de la tarde era un toro  chico bien armado de pitones y justo de fuerzas, de la ganadería de Zacarías Moreno,  A este toro lo recibió con una larga cambiada para continuar con verónicas. El quite fue por chicuelinas ajustadas y una buena media. Tras brindar al respetable, aprovechó la embestida por el pitón derecho que era por el que se dejaba, para sacar unas buenas tandas, lo intentó por la izquierda pero por ese pintón el toro no se entregaba. Mató de estocada algo delantera y se le concedió una oreja.


image.jpegEl tercero era del mismo hierro del anterior, más anovillado de cara, y con una gran movilidad, lo lanceo de recibo, mientras que el comienzo con la muleta lo hizo con las rodillas en tierra y con la mano derecha. La faena se desarrolló con ambas manos y con varios cambios de mano. Cerró la faena por manoletinas sin estoque y fue arrollado por el toro que le infirió una cornada por encima de la rodilla con una trayectoria  ascendente de 19 centímetros, que posteriormente, al finalizar el festejo y ser operado en la enfermería tendría un pronóstico  de gravedad y trasladado al hospital. Mató de tres pinchazos y tras escuchar un aviso, terminó con estocada, escuchando palmas.


La épica del torero seguía, con una sería herida que visiblemente le mermaba las facultades físicas aunque él se esforzaba por disimularlo, siguió para adelante. Y en cuarto lugar salió de chiqueros un bonito y bien presentado toro de Montealto, pero que pronto mostro lesión en una pata como su otro hermano, y por las mismas siguió idéntica suerte de ser devuelto a los corrales. Salió en su lugar el segundo sobrero, anunciado en tablillas como de Los Eulogios, pero que en realidad estaba marcado con el otro hierro del ganadero colmenareño Manuel Sanz. Un toro destartalado, manso y que terminó rajándose y aculándose en tablas. Hubo un quite por chicuelinas un tanto despegadas del sobresaliente de espadas Álvaro de la Calle. Y Fonseca lo intentó antes que el toro claudicara en su condición brava. Mató de dos pinchazos, tras lo que tuvo un aviso, terminando con un golpe de verduguillo. Su esfuerzo fue recompensado con palmas.

Al torero que en ningún momento quiso sacar ventaja de su merma física, aun le quedaban en chiqueros los dos toros que todos presentían como más difíciles, los del hierro portugués de Palha; pero lo que son las cosas, este hierro que históricamente ha sido el que ha proporcionado los festejos más exitosos de la historia de esta plaza, y nos viene a la mente la tarde de la corrida del lunes de Remedios del año 1969, en el que a una corrida de este hierro portugués, con plaza llena a rebosar,  se la cortaron doce orejas y seis rabos. Y a los dos de esta tarde, de distintas hechuras y comportamiento, Isaac Fonseca tras aprovechar las condiciones de su enemigos, y en el que hizo quinto, que duró menos, tuvo que tirar de aguante y arrimón, tras matarle de certera estocada le cortó una oreja. 

Mientras que al que cerraba festejo, un toro terciado y un tanto flojo pero con la embestida más clara, le realizó una faena de muleta con mayor temple por ambas manos, en la que no faltaron los cambios de mano y los adornos. Mató de pinchazo, media y estocada con total entrega de la que salió enganchado sin más consecuencias que las que ya llevaba en su cuerpo. La gesta le valió la tercera oreja de la tarde.

También brillaron con luz propia los toreros de plata: Cachorro y Tito tras el tercio de banderillas en el segundo de la tarde y Juan Carlos Rey y Tito en el que cerraba festejo, y hubieron de desmonterarse tras parear.

Tras finalizar el festejo y ser proclamado triunfador de la copa Chenel, Isaac Fonseca, en el centro del ruedo con la presencia del Presidente de la Fundación  Toro de Lidia, Victorino Martín, el gerente de asuntos taurinos, de la CAM, Miguel Abellán, el nuevo alcalde de Colmenar Viejo, Carlos Blázquez, el torero Francisco de Manuel, ganado de la edición anterior, hicieron entrega a Isaac Fonseca del trofeo que le acredita como el ganador de esta tercera edición, la del año 2023. Seguidamente los aficionados le sacaron en hombros, pero no para llevarle hasta el hotel, sino para dejarle en la enfermería donde fue operado de la grave cornada que había recibido en el ruedo ya hacía más de una hora.

Y en esta ocasión la tragedia y la épica hicieron el mismo viaje, en este caso en ambulancia, pues  ambos protagonistas,  Juan del Álamo e Isaac Fonseca, terminaron en  el mismo hospital, en Majadahonda, donde se recuperan con similar ilusión, la de vestirse de luces cuanto antes. La épica del triunfador  Fonseca, en este caso, viene reconocida con el derecho a torear en Madrid la corrida del 12 de octubre próximo, en un cartel con otras dos figuras, como premio al haber sido el ganador de la tercera edición de la Copa Chenel.

 

  

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