Que no nos engañen más con el SMI

Sociedad
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Las subidas del Salario Mínimo Interprofesional tienen como única finalidad la recaudación de impuestos para el Estado en todos los ámbitos sociales y empresariales.
En el 2018, redondeando, el SMI estaba en 750 euros mensuales y el coste empresarial suponía un total de 1.204,70 euros mes
Cuando se fije, este año, en 950 euros, el coste empresarial se disparará a 1.456,37 euros mes.
Para 2022 se quiere subir a 1050 euros y esto supondrá un coste empresarial de 1.609,66 euros mensuales.

Esto quiere decir que el Estado ingresará todos los meses 404,96 euros de las empresas por cada trabajador que este afectado a esta subida, que, según la cifra actual, los trabajadores que cobran el Salario Mínimo Interprofesional están en torno a 2 millones de trabajadores, que dará un ingreso a las arcas del Estado de 809.920.000,00 euros mensuales.

Subir el SMI esta razonadamente aceptado por todos, el problema está en que después de esto, tenemos una subida de la luz, gas, alimentación, gasolina, alquileres, etc., por tanto, el trabajador vuelve a sufrir la situación de tener un salario bajo con respecto a la carestía de la vida.

El único y, verdadero interés, que tiene el Estado de subir el SMI es el de recaudar más impuestos de los mismos de siempre, autónomos, pequeñas empresas y de los trabajadores, subiéndoles los costes a unos y la bolsa de la compra a todos, recaudando más en IVA e impuestos indirectos.

Lo que el gobierno debería hacer es, evitar que la vivienda, la cesta de la compra, la gasolina, los alquileres, la luz, el gas, etc. es decir, los servicios y los productos de primera necesidad estén por encima de los salarios de los españoles.

Que nos quieran poner a nivel europeo está muy bien, pero en todo, en lo bueno y en lo malo, no solo en lo malo.

Un gobierno sensato y preocupado por los salarios de los españoles y sobre todo de los que menos cobran, debería asegurarse que los salarios mínimos soporten la carestía de la vida, pero no a costa de subir los costes a las empresas, pues estas, para poder seguir funcionando, deberán subir los precios de sus productos y servicios para llegar al margen de beneficio necesario para su subsistencia.

Con una reducción de los costes empresariales y de los impuestos a los trabajadores ganaríamos todos, se recaudaría más impuestos por el simple hecho de que circularía más dinero y los trabajadores tendrían acceso a la vivienda y a lo mínimo para vivir decentemente.

Que no nos engeñen y se pongan medallas los que hacen políticas populistas vendiéndonos que han subido el salario mínimo de 750 a 1050 euros al mes, si al mismo tiempo suben los precios de servicios básicos y productos de primera necesidad.