¿La falta de transparencia y la ausencia de sensibilidad política es la norma de actuación en el Ayuntamiento de Colmena Viejo?

Sociedad
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El PSOE de Colmenar Viejo, quiere dejar constancia de su preocupación, por la falta de transparencia en la que se vive en este municipio, cómo consecuencia de determinadas actitudes políticas. Cuando un vecino cualquiera se enfrenta a la necesidad de pedir cita con un miembro del equipo de Gobierno en nuestro Ayuntamiento, se ha convertido en algo normal y frecuente encontrarse con continuas dificultades.

Y de tener “la suerte” de conseguirlo, las respuestas suelen no ir mucho más allá de una palmadita en la espalda. Decir “nuestro ayuntamiento” no es casual ni una frase hecha, pues el Ayuntamiento de Colmenar es eso, nuestro, de los vecinos. Los políticos profesionales no deberían olvidarse de que están para servir y ayudar a los ciudadanos de Colmenar, y no para convertirse en una traba, en un problema.

Esta situación se ve aún más acentuada por la pandemia, que en ocasiones está siendo utilizada como argumento disuasorio, como escusa, a la hora de dar una atención adecuada a las demandas y requerimientos vecinales ¿Dónde están la luz y la transparencia con la que debemos ser atendidos? ¿Cuál es la razón de semejante displicencia? ¿A caso es una cueva el Ayuntamiento de Colmenar? Este modo distante y desapegado de atención vecinal, en lo político, ha tomado carta de normalidad, cuando no debería ser así. En el mes de mayo de 2019, una vecina de Colmenar Viejo se puso en contacto con el ayuntamiento a través de correo electrónico para protestar por la ejecución de las obras de una conocida constructora en la calle Dr. Torres Feced. Este artículo es un relato de los hechos y circunstancias que han rodeado la vida de esta vecina en los dos últimos años.

La pesadilla para la vecina comenzó con el movimiento de tierras en la parcela. Se ejecutan rellenos y compactaciones de tierras directamente contra los vallados de los vecinos (son tres los afectados) sin que la constructora haya ejecutado previamente su muro. Los niveles de terraplenes empiezan a ser escandalosos. A petición de la vecina, el ayuntamiento envía una inspección para verificarlo, pero se determina que todo está correcto.

Argumentan que se está ejecutando conforme a licencia de obras otorgada y que no pueden evitar que la constructora compacte tierras contra la valla de los vecinos. Como es de esperar el muro de la vecina termina fisurándose por numerosas partes. Con fecha 22 de mayo de 2019 la vecina solicita por registro aclaraciones sobre niveles de modificación de rasante permitidas y alturas de muros en medianerías. El 3 de junio pide ver el proyecto visado, así como copia del Acta de Inspección realizada tras la visita a la obra.

El Ayuntamiento no da respuesta alguna a la vecina en los meses posteriores, a pesar de las numerosas llamadas y mails que les envía. El concejal del área le llega a decir vía correo electrónico que el Ayuntamiento no tiene plazo máximo para contestar a sus requerimientos. El plazo, sin embargo, sí está regulado y es de un mes. Es por ello por lo que la vecina decide recurrir al Consejo de Transparencia y Buen Gobierno, así como al Defensor del Pueblo. El 22 de noviembre de 2019, 6 meses después de la petición, el Ayuntamiento contesta que NO tiene regulada la variación de la rasante. El 20 de abril de 2020, 10 meses después de la petición, el Ayuntamiento aporta las Actas de Inspección. Es cuando la sorpresa es mayúscula al comprobar que en una de las actas refleja que posteriormente a la concesión de la Licencia de Obras se han modificado planos de cotas en planta baja y alturas de muros para adaptarlos a las parcelas ya existentes. ¿Esto señala que la Licencia de Obras que el Ayuntamiento otorgó NO tuvo en cuenta las edificaciones existentes y que los muros y cotas aprobadas INCUMPLIAN con el planeamiento urbanístico vigente? Ateniéndonos a los hechos ¿Puede quedar la sensación que el Ayuntamiento ha puesto todo su empeño en disimular dicha información a la vecina?

Las obras han provocado graves molestias a los vecinos por los ruidos continuos de excavadoras picando granito, polvo y horarios intempestivos (trabajan todos los sábados e incluso fiestas nacionales). La vecina se reunió en noviembre de 2019 con el alcalde y el concejal del área para solicitar ayuda para paliar las molestias. No fueron atendidas. El concejal, considera que estos hechos exceden su deber de vigilancia y que son temas de seguridad y salud que no les compete.

Actualmente todo va a peor debido a los confinamientos continuos que sufrimos. Los niños son los más perjudicados. Días enteros soportando el ruido de una excavadora picando de sol a sol. A pesar de haber solicitado por registro (el ayuntamiento NO da por válidas las comunicaciones vía correo electrónico cuando el asunto no les conviene) la medición de ruidos, ésta NO se ha ejecutado ni tiene visos de que se haga.

Saben de sobra que eso implicaría parar las obras por incumplimiento de Ordenanza de Ruido que tiene vigente el Ayuntamiento Mientras que su modo de proceder puede aparentar que arrastran los pies ¿Quizás están esperando que estos trabajos lleguen a su fin, a pesar de todo, y sin dar una respuesta cercana y adecuada en tiempo y forma a la vecina?

En política no debería ser tan complicado entender que de lo que se trata es de velar por los derechos y la calidad de vida de los ciudadanos, así como de las obligaciones de terceros.

Francisco José Lerma. Secretario General PSOE Colmenar Viejo.