La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha lanzado una serie de recomendaciones para abordar la modificación del material genético en la salud pública. Dos informes en los que alertan de sus riesgos y beneficios y configuran un marco para regular su uso.
Las nuevas tecnologías marcan el compás del avance de la sociedad. La innovación define el futuro y crea la fotografía de una realidad cada vez más vívida. Un escenario donde los civiles ascienden al espacio en viajes turísticos o se incurre en la alteración de la mente. También será el momento de la edición del genoma humano, una técnica con un gran potencial para tratar y curar enfermedades. Pero, al igual que todos los adelantos, la carga positiva puede verse truncada por el peso de los empleos peyorativos que se pueden atribuir a la manipulación del ADN.
El director general de la Organización Mundial de la Salud (OMS), Tedros Adhanom Ghebreyesus, advirtió que la edición del material genético solo tendrá un impacto notable en la vida de las personas si "el beneficio llega a todo el mundo". En caso contrario, ayudará a aumentar la desigualdad en el acceso a la salud entre los distintos sectores de la sociedad. Esta es la conclusión principal de los informes publicados por el organismo internacional, en los que se proporcionan las primeras recomendaciones para ayudar a establecer el manejo del genoma humano como herramienta para la salud pública.