(DESDE LA PREHISTORIA HASTA LA ACTUALIDAD)
Por Pedro de Felipe del Rey
El 28 de junio de 1412, fray Vicente Ferrer, tras predicar un sermón basado en Apocalipsis XIX, 7, proclamó a Fernando de Castilla como rey de la Corona de Aragón. Al día siguiente, fray Vicente Ferrer volvió a predicar otro sermón, para justificar su voto y los otros cinco favorables al candidato elegido; esto de tener que predicar un sermón, para justificar el sentido de esos seis votos, nos demuestra la reacción de desagrado y de desacuerdo que se produjo por haber elegido a un candidato que en absoluto era a quien correspondía ser elegido.
Jaime (conde de Urgel), alegando que él tenía “mejor derecho”, que era lo que había dicho el rey Martín I, no sólo no aceptó al rey elegido, sino que le hizo la guerra hasta que tuvo que rendirse el día 1 de noviembre de 1413; entonces, el condado de Urgel fue incorporado a la Corona de Aragón, y Jaime fue encarcelado a perpetuidad; murió en la fortaleza de Játiva en 1433; pero ¿tenía él “mejor derecho”, o era el candidato elegido “el más próximo pariente” del último rey aragonés, Martín I, como dijo el valenciano fray Vicente Ferrer en alta voz antes de emitir verbalmente su voto, con lo “que decidió con su autoridad a favor del infante de Castilla la elección, votando el primero de los nueve jueces? Si nos fijamos en la genealogía de los reyes de Aragón, vemos que el que “mejor derecho” tenía, como había dicho el rey Martín I (que lo sucediera “quien tuviera mejor derecho”), que por algo dijo eso, era su nieto Fadrique (conde de Luna); porque era el heredero de su difunto padre (Martín, rey de Sicilia), y, por tanto, Fadrique tenía que heredar, en lugar de su padre, a su abuelo Martín I el Humano; esto es tan evidente que no era necesario ni haber hecho esa reunión de Caspe; pero había que justificar, con toda esa parafernalia sermonera, una decisión que sólo fue un expolio cometido contra Fadrique; se objetó su bastardía; pero fray Vicente Ferrer sabía bien que eso era una repúgnate mentira; porque, el año antes de esa reunión de Caspe, para elegir entre esos seis candidatos, Fadrique fue legitimado por el papa Benedicto XIII (que entonces era el verdadero Papa para la Corona de Aragón); así que, en el momento de la elección entre dichos seis candidatos, ya no existía ese impedimento de bastardía, por haber sido suprimido por el mismo Papa, que había suprimido el impedimento de consanguinidad del abuelo del mismo Fadrique (el rey Martín I), para que se casara con Margarita de Prades el 17 de septiembre de 1409, y si fue válida la supresión del impedimento del abuelo, también tenía que ser válida la supresión del impedimento del nieto; porque las dos habían sido realizadas por el mismo Papa y en muy corto espacio de tiempo entre ellas. Además, en la Corona de Aragón, la sucesión no se hacía por línea femenina mientras hubiera descendientes masculinos. Por consiguiente, el candidato elegido y su sucesor estuvieron siempre agradecidos a fray Vicente Ferrer “como a quien debían la corona”. Después, el 3 de julio de 1455, fray Vicente Ferrer, que había muerto en 1419, fue elevado a la gloria de los altares de la Iglesia Católica por el valenciano papa Calisto III (8 de abril de 1455 al 6 de agosto de 1458), a quien Alfonso V de Aragón (1416-1458) hizo su consejero en 1421. Vicente Ferrer favoreció a Fernando I y a su hijo Alfonso V, éste favoreció a Alfonso de Borja (luego papa Calixto III) y éste favoreció a Vicente Ferrer poniéndolo en los altares, con lo que, además, se justificaba lo realizado en vida por este “santo” valenciano. Entre tanto, Fadrique (el expoliado) se quedó “a la luna de Valencia” y terminó sus días en 1434 encarcelado en un castillo y olvidado de todos.
Dinastía de Antequera.
La ciudad de Antequera es muy antigua; su origen se pierde en la noche de los tiempos. Los romanos le dieron el nombre de Anticuaria o Antikaria, el cual hace referencia a su antigüedad; en restos de murallas y castillos de construcción romana, se encuentran lápidas con inscripciones de la época romana, donde se hallan los nombres de Julio César, Octavio, Tiberio, Vespasiano, Trajano, etc. Los árabes construyeron sus muros y castillos, y permanecieron en ella hasta que, varios siglos después, el infante don Fernando la conquistó de la siguiente forma: el día 21 de abril de 1410, salió un ejército de Córdoba compuesto de 10.000 hombres y 3.500 caballos. Con este ejército, don Fernando puso cerco a la ciudad, el cual duró hasta que el día 16 de septiembre de 1410, la ciudad fue tomada por don Fernando; con él comienza esta dinastía.