Coserás camisas de once varas en atardeceres quemados de verdades.
Te acostarás en la orilla de tu noche apagando con tu brisa el fulgor.
Y cuando recuerdes que a veces el mundo va en serio congelarás la arena de mis pies.
Muchos pintaron en ti un “hasta pronto” pero tus olas lo barrieron.
Intenté despistar tus dudas diciéndote que agosto ya tiene cincuenta días.
Y aun así, te diste cuenta que los días se despedían antes de que tu dijeras nada.
Bajo la sombra gris de tu paisaje me he dado cuenta de nuestra soledad rendida.
A ti volverán en el buen tiempo, pero de mí no se acordará nadie. Seré una hamaca sin dueño.
Yo pasaré de moda, me oxidaré, me congelaré y desapareceré.
Desapareceré tras el septiembre imprudente,
aquel que abraza el último rayo del agosto que ya no respira.
Desapareceré recordando que me fabricaron para morir a tu lado.
CRIS ARIZA ROSADO