Mi hijo Javier es ciego, tiene Síndrome de Asperger y una discapacidad del 86%. Y echa de menos nadar.
Javier lleva 11 años yendo a natación en el polideportivo municipal de Santa Teresa, en Colmenar Viejo. Su médico nos lo recomendó cuando era pequeño, por los efectos positivos que la natación tendría para su control postural. Ahora que tiene 25 años la natación no solo es positiva para su cuerpo. Ir solo a nadar favorece su autonomía y su independencia.
Pero Javier lleva varios meses sin natación. Primero por el COVID, sí. Pero ahora ya no, porque en Junio iniciamos la gestión de su vuelta y desde septiembre llevamos intercambiándonos decenas mensajes con el polideportivo y con el ayuntamiento. Pero nada. Nos están poniendo tantas pegas que a veces sentimos que quieren quitarse a nuestro hijo del medio.
Nos han ido poniendo tantas trabas que hemos llegado a pensar que eran solo excusas: que si en el horario al que iba ya no puede ser, que si mejor en grupo, dijimos que vale, que si ahora mejor solo… e incluso nos llegaron a amenazar con cobrarnos el doble de cuota. Algo que el ayuntamiento admitió después que no se puede ni contemplar.
No más mareos, por favor. Lo único que estamos pidiendo es que Javier vuelva a nadar, solo o en grupo, lo que consideren mejor. Pero que no le impidan volver. Porque pasan los meses y seguimos esperando, con las consecuencias que eso supone no solo para su cuerpo sino también para su autonomía y su bienestar emocional.
Desde septiembre hemos llamado una y otra vez, nos hemos presentado allí, hemos enviado escritos al polideportivo, al Ayuntamiento e incluso al Defensor del Pueblo. Y no pensamos parar. Ayúdanos con tu firma, por favor. Cuantos más seamos pidiendo ayuda para Javier más motivos tendrán para escucharnos y reaccionar lo más rápido posible.