Y se demanda este medio de transporte, a pesar de los múltiples problemas de funcionamiento que están sufriendo las ya existentes líneas de cercanías, entre las que se encuentra la C-4, la que llega a Colmenar Viejo, y que si alguna vez, esperemos que ya, en poco tiempo, si se escucha la petición, sería la que se prolongaría hasta Soto del Real.
Con parecer algo extraño el querer un sistema que, en los últimos años, funciona tan mal, resulta natural ese deseo teniendo en cuenta que lo que funciona mucho peor, y lleva desde hace muchos más años, es querer llegar a Madrid, en horas punta, por la M-607, que se colapsa habitualmente y hace perder diariamente, y no digamos en los meses de verano, muchas horas en el atasco, o muchas horas de sueño al año, al que decide adelantar su hora para no encontrarse con el tapón de coches.
Además, es de suponer que en este caso, el del mantenimiento de la red de cercanías madrileña, a los del gobierno les llegara la racionalidad y se darán cuenta de una vez, que las restricciones económicas casi nunca son la solución a los problemas. Aunque es posible, que pudiéramos estar, una vez más, ante un nuevo episodio de negatividad económica liberal, y lo consideren un gasto innecesario, cuando a la par existe una actividad privada que puede ofrecer el servicio, en este caso, las líneas de autobuses, que por cierto también sufren los atascos de las horas punta, a más de múltiples problemas que les lleva a incumplir sus horarios con demasiada frecuencia, para desesperación de los usuarios
Tampoco parecen estar de acuerdo en esta demanda la máxima autoridad de nuestra comunidad autónoma, al estilo que ya mostró su antecesor Gallardón, da muestra de cierto progresismo social; pero cuando tiene que accionar para apoyar las justas demandas de sus administrados se pone de lado, mejor dicho del otro lado, y no aparece en donde se la esperaba, no sea que a algunos de los suyos, de los que más razones tienen en el poder, le parezca mal. La realidad es que, a pesar de que desde ciertos estamentos que consideraban como importante, cuando no básico, el apoyo de la Presidenta madrileña, se han encontrado, una vez más, con su incomparecencia y su silencio.
En el sentido contrario, el que si se ha mostrado muy activo, es el alcalde de Soto del Real y diputado provincial Juan Lobato, que se ha puesto al frente del deseo de su pueblo, como no podría ser de otra manera, pues el tren, que lo consideran tan necesario para sus vidas, ya llega a unos pocos kilómetros de este pueblo, y ya cuenta con gran parte del trazado viario por lo que fue el directo Madrid-Burgos, por lo, según Lobato, dejaría la inversión necesaria en tan solo 24 millones de euros, pudiéndose beneficiar de ella de manera directa, además de los vecinos de Soto, los de Guadalix, los de Miraflores y los de Manzanares.
¿Son razones políticas o razones de rentabilidad, como algunos argumentan, las que tienen bloqueada la justa demanda de un gran número de vecinos de esta zona serrana? Lo cierto, es que una vez más los ciudadanos nos encontramos ante la incomprensible determinación de los gobernantes, que priorizan inversiones incomprensibles y dejan otras, necesarias y sencillas en el tintero durmiendo el sueño de los justos, y no escuchan razones sociales, económicas o ecológicas que les hagan cambiar su determinación. Pero a veces la voz reivindicativa de los vecinos puede resultar tan potente y fastidiosa que termina por romper la sordera de la injusticia.
Soto, quiere y necesita el tren, sus gentes lo reivindican y nosotros, sus vecinos que ya lo tenemos y lo disfrutamos, debemos apoyarles y alentarles en esta justa demanda.
Miguel Ángel de Andrés
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