LAS URGENCIAS SALVAN VIDAS, NO TENERLAS NOS MATA

Ya les vale
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SIN URGENCIAS MÉDICAS ESTAMOS ABOCADOS A VIVIR SITUACIONES ATERRADORAS. LAS URGENCIAS SALVAN VIDAS, NO TENERLAS NOS MATA
La concienciación social por la clausura de las Urgencias médicas en Colmenar Viejo va en aumento. Los usuarios y vecinos perjudicados por la falta de servicio cuentan terribles experiencias al negárseles la atención sanitaria inmediata.
Ana Belén, vecina de Colmenar Viejo, ha querido compartir con la Asociación  de Vecinos, entre el coraje y la impotencia, el relato de la mañana del 21 de Abril del 2021, cuando la clausura del servicio de Urgencias del Centro de Salud Sur de Colmenar Viejo y la falta de ambulancias figuran entre los prolegómenos que precedieron al fallecimiento de su padre.

El caso ya está en manos de los abogados por lo que se presume una omisión de socorro, con único culpable: el Gobierno de la Comunidad de Madrid que ha arrebatado las Urgencias a Colmenar Viejo. Ana Belén nos lo ha contado: El sábado 24 de abril de 2021, fin de semana, sin urgencias, sin una primera asistencia, y sin ambulancias en Colmenar Viejo, dependiendo en todo de las que venían desde Madrid. A las 6:30 h de la mañana, recibe una llamada telefónica de su hermana, avisando que la había llamado su madre por teléfono con la noticia de que su padre estaba muy mal. A las 7:00 h, ya en casa de su padre, lo encuentran con un dolor muy fuerte en el pecho y sin casi aliento. Las dos hermanas se miran, el impacto de ver el estado de su padre prende en ellas, y toman una decisión rápida:

“Mi padre no podría esperar a una ambulancia. No lo pensamos más, cogimos a mi padre y bajamos por la escalera del portal, un 1º piso despacito y con pausas, sin ascensor y le subimos a mi vehículo de tres puertas, un Toyota Yaris, le pusimos delante para poder sacarle del coche mejor. Yo conducía, mi madre y mi hermana iban en los asientos traseros. Nada más salir de Colmenar Viejo, mi hermana llamo al 112, para avisar de que íbamos de camino a las urgencias de La Paz con mi padre, con dolor fuerte en el pecho, sin aliento”.

Ana Belén también informa al 112 que dos días antes le habían dado el alta en La Paz. La intención de la llamada era que una ambulancia en la carretera los recogiera o que nos esperasen, al menos, y estuvieran preparados en el hospital. La respuesta del teleoperador fue contundente y tajante:

- ¿Para qué? Si ya vais al hospital, no os podemos mandar una ambulancia.

Tampoco habría nadie esperando en el hospital cuando llegaran.

Ana Belén nos sigue relatando la angustia del viaje: “Mi padre, durante el camino, tenia tanto frío como calor. Yo iba bajando y subiendo ventanillas según me indicaba él, pero a la altura de Fuencarral, más o menos, mi padre empezó a subir los brazos hacia arriba. Yo pisaba el acelerador mientras le vigilaba por el rabillo del ojo. Me latía el corazón, sudaba, no pensaba y al mismo tiempo mi cabeza me decía - estamos solos los cuatro en aquel coche sin ayuda. ¿Qué más podíamos hacer? Mi hermana me gritaba: ¡Frena, que te tragas el coche que va delante, frena por favor que nos matamos! Minutos antes de llegar a la puerta de urgencias del hospital mi padre ya no hablaba, no se le escuchaba, yo ya no le quería mirar, solo le decíamos -¡Papá, aguanta, que ya estamos! Cuando llegamos no había nadie esperando, el guardia de seguridad de la puerta fue la primera persona que nos ayudó, y dio la alarma.

Lo metieron dentro, en reanimación. A las 10.30h nos dieron la noticia. Lo habían reanimado, pero el infarto volvió tres veces más. No lo pudo superar”.

Quizás de haber existido un médico en las Urgencias de Colmenar Viejo, Ana Belén no hubiera emprendido el viaje hasta la Paz. Quizás ese médico, con atención temprana, hubiera evitado la agonía y revertido la situación en la que su padre se encontraba. Quizás hoy estaría vivo.

Después de la lectura de este relato, y otros que hemos ido conociendo y que irán viendo la luz próximamente, nadie puede negar la necesidad inmediata de que Colmenar Viejo tenga un médico en las Urgencias. Ni los propios gobernantes, y muy especialmente aquellos, que faltos de toda sensibilidad y empatía, no quisieron acompañar a los vecinos en la gran manifestación del domingo 21 de mayo. Y estos vecinos se preguntan: ¿Serán capaces estos personajes de seguir mirando hacia otro lado mientras piden el voto del pueblo al que han traicionado? 

 

URGENCIAS YA PARA COLMENAR VIEJO.