La presunción de inocencia es el derecho de todo investigado o encausado en un proceso penal a ser tratado como si fuese inocente, hasta que una sentencia firme establezca su condena. Constituye uno de los pilares básicos del sistema penal de los Estados democráticos.
Reconocido en el artículo 24.2 CE y en diversos Convenios internacionales, el derecho a la presunción de inocencia es «uno de los principios cardinales del Derecho penal contemporáneo, en sus facetas sustantiva y formal» (por todas, SSTC 138/1992 y 133/1995), más aún, es «la principal manifestación constitucional de la especial necesidad de proteger a la persona frente a una reacción estatal sancionadora injustificada» (SSTC 141/2006 y 201/2012).
En los últimos, mas de veinte años, venimos sufriendo la falta de respeto por parte de los medios de comunicación y, más grave aún si cabe, de los gobiernos de turno, de este derecho constitucional que es la Presunción de Inocencia.
En el momento en que salta una noticia de calado, en una situación crítica, socialmente hablando, arden los medios de comunicación, los gobernantes y la oposición política, las asociaciones en pro, tirando tiros a diestro y siniestro, acusándose del motivo de la culpa del hecho acaecido sin verificar, sin investigar, tan solo porque alguien ha dicho que le han atacado unos encapuchados.
Me voy a centrar en el caso más reciente, la falsa denuncia del joven de Malasaña que para tapar una infidelidad a su pareja, se inventa un ataque de unos encapuchados a su persona en un momento ideal para él pero perjudicial para la sociedad y sin medir las consecuencias que su acción conlleva.
Lo triste de la situación, es que esto les sirve a unos que hablan de delitos de odio para atacar a otros que, según ellos, lo fomentan con sus discursos, cuando los que acusan a unos de propagarlo, al mismo tiempo están fomentando el odio hacia los acusados.
No seré yo quien defienda la postura de quienes son acusados, pues aun no estando de acuerdo con sus ideas en general, respeto la decisión del pueblo soberano que les votó al igual que a los que votaron a las demás opciones políticas que se presentaron a las elecciones democráticas.
Pero, lo que es intolerante, es que un ministro de interior y magistrado de carrera acuse aparentemente, sin pruebas, a otra formación política de ser los culpables de lo que le ha sucedido a este joven, faltando así al derecho constitucional.
Yo mismo, el segundo día que salió la noticia, cuando la policía decía no tener pruebas al respecto en las cámaras de vigilancia de la zona, comentaba a mi mujer que se estaba inventando la agresión, y no es que yo sea mas listo que los demás, sino que era de cajón. Pero al ministro y demás compañeros de juego no les falto ni un minuto para salir a la palestra a acusar, vaya poca calidad humana y vaya magistrado, yo solo pido que cuando salga de ministro no siga e la carrera judicial, pues es de poco fiar.
Señores políticos, hagan política social, laboral, de derechos, económica, etc. y dejen de marearnos con asuntos que no son el problema de todos los españoles y dejen de enfrentarnos unos a otros, no es su papel, no es para lo que les hemos votado. Dejen de hacer política partidista pues no beneficia a nadie mas que a sus partidos políticos.
Señores responsables de Medios de comunicación, hagan su papel de informar tal y como dice la Constitución en su artículo 20, el cual ustedes también se lo pasan por el arco del triunfo, “El derecho de la ciudadanía a recibir información veraz constituye uno de los pilares de la sociedad democrática, pues la democracia se basa en gran medida en la posibilidad de controlar a los gobernantes.”
Cualquier caso de injusticia social, económica, humana, etc. será gestionado por los cuerpos de seguridad y posteriormente por la justicia y hasta que no haya una sentencia firme, nadie debería hablar ni a favor ni en contra y mucho menos los medios serios y los políticos, pues faltan al Derecho Constitucional.
Miguel Pedrosa